jueves, 26 de diciembre de 2013

La corrupción del Lenguaje

Pues si, no hay manera ni encuentro a nadie que me haga cambiar de opinión, y mira que lo haría con gusto . Cada dia estoy más convencido de ello. Se ha instalado entre nosotros con visos de permanencia. Si, el destrozar, machacar, corromper las palabras, empezando por un servidor y su asesinato permanente que de las mismas hago o perpetro. La utilización perversa, la perversión de su significado. 

Y pobre de la palabra, término o expresión que caiga en gracia. Entonces ya no hay solución, se "tradintopiza". Y ahora que el año se acaba, afortunadamente antes de que acabe con nosotros, pasar a formar parte de las "listas de éxito": "#escrache", "devaluación interna", "relaxin cup", "fin de cita", "#selfie", "emprendedor", "#fracking", "secuestro virtual", o para mi, sin duda alguna, la campeona de las campeonas "indemnización en diferido como simulacro...".

Pero no quería hablar únicamente en este sentido de repetición tántrica del término o expresión hasta su agotamiento o aparición del anuncio de lotería siguiente, que 140 caracteres o el teclado "virtual" te llevan a cometer muchas tropelías, quiero pensar que sin dolo ni alevosía, simplemente subidos a la ola de la moda efímera y hasta la siguiente. 

Pienso y me agarra cierto paquete, muchas de las veces hasta el grado de calentón, cuando veo pasmado ante mis ojos como sin pudor de ninguna clase, un día si y otro también, hacen uso toda esa gentuza que se dicen servidores patrios y que nadan en la más absoluta y total de las corrupciones. Tan escandalosa, que hasta en un país de pícaros lazarillos como el que somos estalla y nos hace imposible mirar hacia otro lado. 

Y no puedo con ese "campeonismo", con esa desfachatez y ese grado de impunidad con el que actúan. En ese uso en la mayoría de los mensajes que suelen emplear. Es en esa utilización artera y ladina del lenguaje, en algunos casos y hasta hace poco, o ya en la mayoría de las veces en ese empleo sin disimulo, escudándose y fiándolo a la velocidad vertiginosa de las cosas o a nuestra memoria de pez, o quién sabe si a nuestra estulticia. Esa utilización del lenguaje para "transmitir" el mensaje "adecuado"...

Pero seguramente, el cabreo mayor lo motiva mi pasividad ante la misma escena cada día. El decirme ante el espejo...y tú qué coño haces?? En fin, lo dejo por hoy, ya me vale...


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