viernes, 21 de marzo de 2014

Smart Phone - Stupid Behavior

Lo primero que debo hacer es pedir disculpas por el título de la entrada. Pero como acostumbra a pasarme últimamente, me vuelvo a subir por las paredes. Y es que estamos otra vez delante de una de esas palabras, expresión o nueva terminología que ha triunfado y está en boca de todos y a todas horas, para todo. Porque manda "güebos" que definamos a un cacharro, como es el teléfono, de "smart" o inteligente. Seguramente estaré equivocado, pero yo lo veo como un signo más de la carencia de la misma, la inteligencia, que ya sin disimulos brota a borbotones o que mal soportamos.

Porque acabar llamando inteligente a un cacharro que simplemente nos ofrece prestaciones más o menos complejas, más o menos necesarias (que de la necesidad se hace virtud deben de enseñarlo en marketing), mayores posibilidades o funciones de uso, creo que habla de la inteligencia del que las aporta y del que nos las está colocando, en detrimento de las nuestra. Porque por más que lo miro, no deja de ser un objeto inerte y sin vida, no lo veo ni despierto, ni espabilado, ni astuto o ingenioso.

Y ahí voy a la segunda parte del título de la entrada. La estupidez humana, que pocas veces es consciente o conocedora de sus límites, nos lo ejemplifica una vez más ante este fenómeno de "inteligencia" "artificial " para acabarlo de redondear. Y ahora que lo de presumir de coche está caro y por mucho que se empeñen o se pongan cómo se "pive" además es poco ecológico y sostenible, y una vez nos han hecho ver la conveniencia y necesidad imperiosa de tenerlo bien grande, el teléfono que quede claro, ahora resultará que somos inteligentes según el móvil que desenfundemos, se presumirá como aquello del valor que nos decían en la mili.

Tenemos tantas cosas a nuestro alcance, tanta libertad encerrada en 4 o 5 o 6 pulgadas que la cosa aun no ha parado de crecer, que estamos casi todos presos, tarifa plana y conexión wifi mediante, practicando el autísmo más feroz y desbocado allí donde nos encontremos. Conectados con el mundo mundial, a todas horas, sin apagar el teléfono no vaya a ser que nos perdamos el último comentario gracioso del grupo de whats, la penúltima noticia inquietante, el último fenómeno de las redes...De la absoluta falta de cobertura en lo cercano, en el contacto físico, en el roce más allá de la pantallita de las narices, en la conversación pausada e inteligente de más de cinco minutos...ni rastro, ni se esperan. Mejor recordarlas, en que estaríamos pensando para no haberlas grabado, "guasapeado", "bloguerizado" como dios manda.

Ha calado tanto, ha llegado ya a todas partes, está tan presente, que incluso los pequeños prefieren y se sienten más atraídos en jugar con el teléfono (ellos ya no distinguen entre móvil y fijo), que eso de los coches, las muñecas, las construcciones o los trenecitos no vale para nada. Y nosotros riéndoles la gracia y asombrados de su asimilación digital, de su facilidad en encontrar las fotos, los vídeos...hasta un límite claro está, que no olvidemos todavía no existe la aplicación de educar a los hijos, ya tardan señores de la manzana!!! que el desaguisado en su ir y venir y el borrado de contactos, chats o post, lo deben entender es un límite que no les dejaremos pasar.

En fin, lo dejo aquí que, mientras escribía esta tontería, ya se me ha reinstalado la última versión del sistema operativo en el teléfono, y espero poder esta vez si, enviarte un mensaje para ver si, hoy que es viernes, nos podemos mirar a la cara y hablar, si no estamos muy cansados y si el maldito tintineo del p...móvil, de los p....huevos nos los permite. Qué estúpidos llegamos a ser, coño!! Qué poco inteligentes!!


martes, 11 de marzo de 2014

Una de Polis...

La verdad es que me las prometía muy felices, tanto, que una vez más, se me desembocaba la imaginación. Pero eso ya sabes que me ha pasado cada vez que te has insinuado con una mirada de soslayo, con un comentario lanzado al aire, con un mensaje en el teléfono, con una contestación provocativa aprovechándote de cualquier otro tema y de mi imposibilidad de poder replicarte, aprovechándote de la distancia. Una vez más, pensé que esta vez sería diferente, que esta vez si proponías un juego en serio y no lanzabas tu enésima provocación.

Me dijiste en un susurro..."vamos a jugar a polis..."y claro, mi cabeza se disparó a mil por hora. Eché mano de los recuerdos de mi hemeroteca, de mis fetiches. Me imaginé cuan Harry Callahan con su 44 Magnum presto a resolver cualquier problema, vamos "alégrame el día...". Me vi haciendo de aquel bruto de Starsky a toda pastilla (el coche rojo ya está y solo le falta el rayo blanco) yendo a salvarte a ti, Hutch, atrapada en una investigación y en peligro. O a lo Philip Marlowe, no cualquiera por eso, hablamos de Bogart o Mitchum todo se ha de decir, intentando resistirme a tu mirada de femme fatale, a tu traje de falda tubo, a tu caída de ojos insinuada entre tu pelo...sin conseguirlo.

Pero una vez más, todo se ha quedado en mi imaginación y en tu mirada inquisitorial preguntándose que me está pasando otra vez. Todo se ha quedado en una mala interpretación por mi parte, en mi falta de empatía, o en una nueva mala pasada que me juega mi permanente estado primaveral. A lo sumo la cosa se queda en el viejo cliché de poli bueno y poli malo, en el que sin derecho a elegir me toca hacer siempre de poli malo, de servir de amenaza como último y, muchas veces, único recurso. Para conseguir que te hagan caso, cuando se supone que eres tu la de los recursos, cuando eres tu la que gozas de su idolatría incondicional. Me utilizas como ariete para derrumbar las últimas resistencias de un largo día, reservándome solo a mi tu severa mirada cuando ves que me excedo de mi papel impuesto de poli malo.

Así que una vez más, recojo el Magnum, o me subo al coche para ir con rapidez a sumergirme en las batallas que se dan en los pasillos del supermercado, o me pongo el sombrero de ala ancha para esconderme. Con mi imaginación a cuestas todavía confusa y sin saber que es lo que ha fallado otra vez...enésima bofetada de cruda realidad...en que estaría pensando yo cuando pensé en una de polis...si acaso a ver si la próxima entrada me atrevo a colgar una de polis, pero de verdad.

martes, 4 de marzo de 2014

Gritar!!!!!!!!!!

Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!.


Siento sentarme y ponerme a gritar así, de este modo y aquí, que no toca y sin avisar. Desahogarme de esta manera, cuando se supone ejerce en mi cierto bálsamo, que me "terapiza". Pero es que como siga así, o rompo el pulsómetro, o rompo alguna arteria, o como hoy, acabo a punto de romperle la cara a alguien. Claro que estoy seguro me arrepentiré irremediablemente más tarde, sin ninguna duda y con mucho remordimiento, no ya de mi escaso lado pensante, sino más bien del atávico que me empeño en reprimir cada vez más. Y si de haberme quedado solo en dar un susto y por no, ya que me he bajado del coche, darle un guantazo como se merecía según mi obcecada visión "Brownsoniana" de la justicia. Que se sepa y lo sepan todos que no solo lo puede hacer el amigo Putin o nuestros excelentísimos ministros de Justicia o Interior. Que generar bochorno e incredulidad cuando uno se pone, también es capaz.

Del iracundo espectáculo ofrecido a mi hijo, de ese momento deleznable, no sé como saldré vivo, no sé que explicación le puedo dar a mi hijo, sinceramente creo que ninguna y si pedirle perdón, aunque seguramente no lo entenderá. Tampoco sé cuando, porque aún ahora, si me paro a pensar, noto las ganas de acabar el trabajo. Así que tengo por delante mucho que remendar, porque si en las calzas no me importa ir más o menos "arreglao", en esto otro reconozco que me confronta  en demasía con el tipejo que he visto hoy bajarse del coche.

Como habrá sido la cosa que hasta el "Sr. Ipod" me ha regalado una canción de uno de los gamberros musicales que todavía pululan por estos lares, de uno de los pocos bufones de reconocido oficio que además hace buenas letras y canciones, a pesar de sus pesares. Y aunque se que no toca aquí que para eso tengo mi  "musicaentrocitos.blogspot.com", por cierto, abandonado, pero no olvidado y que espero pronto recuperar, aquí dejo la canción que me ha devuelto a la realidad.